La biodiversidad como palanca de los proyectos
Entre el 60% y el 70% del suelo de la Unión Europea se encuentra actualmente en mal estado. El 10 de abril de 2025, la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo alcanzaron un acuerdo provisional sobre la Directiva europea relativa a la resistencia y la vigilancia de los suelos. Este texto representa un punto de inflexión reglamentario: por primera vez, los suelos europeos serán objeto de un marco jurídico común. En IRICE, nuestra posición es simple: no puede haber política de suelos sin prueba de eficacia ecológica. Y no habrá prueba sin un método que pueda reproducirse, verificarse y transponerse.
IntroducciónCapítulo 1 - Una directiva histórica pero incompleta
La ambición declarada de la directiva es clara: lograr una buena salud del suelo para 2050. Para lograrlo, organiza :
- un marco común de vigilancia del suelo (con criterios, indicadores y valores umbral);
- un enfoque por distritos de suelo definido por cada Estado;
- un registro de lugares contaminados y potencialmente contaminados;
- un portal digital sobre la salud del suelo.
Todo el sistema se basa en una arquitectura inspirada en la Directiva Marco del Agua.
Pero las limitaciones del texto saltan inmediatamente a la vista.
Capítulo 2 - Un marco no vinculante: flexibilidad excesiva y aplicación incierta
A pesar del reconocimiento del suelo como recurso estratégico no renovable, el texto carece de obligaciones firmes:
- ninguna obligación de fijar un objetivo cuantificado de restauración de las tierras degradadas ;
- no existe una jerarquía vinculante de usos (agrícola, urbano, reciclado del suelo) ;
- supresión de los principios comunes de gestión sostenible del suelo en la versión final ;
- ningún vínculo directo con el objetivo ZAN (artificialización neta cero) ni con la taxonomía ESG.
Cada Estado miembro conserva el máximo margen de maniobra para interpretar los diagnósticos, elegir los indicadores y elaborar las políticas. Con ello se mantiene el riesgo de inacción o fragmentación de las políticas nacionales.
Capítulo 3 - Requisitos estructurales: un método de medición funcional, neutro e interoperable
Lo que no dice la directiva es cómo medir realmente la salud del suelo, cómo evaluar la dinámica y en qué basarse para priorizar los usos.
Hoy en día, los datos del suelo son :
- discontinuada (diferencias de cobertura y descuento),
- demasiado grande (cuadrículas de 16 km, cartografía a escala 1:25.000),
- exclusivamente rural (pocos indicadores en zonas o proyectos urbanos).
Lo que falta es una herramienta capaz de :
- evaluar las funciones ecológicas de un suelo (filtración, almacenamiento, biodiversidad, cohabitación),
- objetivar el valor de regeneración de un proyecto urbano,
- apoyar las compensaciones ZAN, ZEN o de bajas emisiones de carbono.
En resumen: un indicador del rendimiento ecológico del suelo, por proyecto, por sitio, por territorio.
Capítulo 4 - IRICE y Effinature: una respuesta metodológica ya disponible
Desde 2023, el IRICE ofrece el Biodiversity Performance Score (BPS), una rigurosa herramienta de evaluación del rendimiento ecológico respaldada por la certificación Effinature.
Aplicado al suelo, esto significa :
- una evaluación basada en cuatro funciones ecológicas: filtración, cohabitación, resiliencia y biodiversidad,
- un método científico, independiente y verificable, auditado por un tercero,
- Una clasificación reproducible, compatible con los requisitos de trazabilidad de ESG,
- Capacidad para alimentar la trayectoria de la ZAN y los arbitrajes de renaturalización de terrenos.
La BPS no sustituye a la directiva. La hace operativa.
Capítulo 5 - ¿Cómo pueden participar las regiones?
Las autoridades locales, los promotores, los propietarios de terrenos y los operadores medioambientales ya pueden :
- integrar la evaluación BPS en su estrategia territorial o inmobiliaria,
- justificar los esfuerzos realizados para el desarenado o la recalificación con pruebas cuantificadas y comparables,
- anticipar la puesta en marcha de la directiva con elementos que ya están normalizados,
- en su estrategia ZAN, su PADD o sus informes de RSE.
La directiva fija un rumbo. El BPS proporciona la brújula.
Conclusión - No esperes a la obligación para estructurar la acción
El acuerdo del 10 de abril es un paso político importante. Pero sólo tendrá repercusiones si agentes como el IRICE garantizan su traducción operativa.
Lo que proponemos no es una superposición: es la base que falta. Una herramienta para medir, comparar y actuar. Un marco para pasar de las palabras a las pruebas.